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Cartel de la prueba |
Correrla la tarde antes de Nochevieja le da un toque especial, el público de Burguillos del Cerro está toda la carrera animando (yo creo está más de medio pueblo en la calle), es una carrera en la que participo desde hace años y con la que comencé a "engancharme" a esto del running, la corro junto a mi hermano (suele ser la única del año que corremos juntos, salvo algunas excepciones) y está toda la familia presente en ella... todos estos ingredientes juntos hacen que la San Silvestre Burguillanas sea para mí la mejor forma de, tal como reza su lema, "Terminar el año corriendo" y se ha convertido sin duda alguna en una carrera especial.
El año pasado no participé en ella y llegaba a esta 33º edición con muchas ganas. El año pasado la distancia de dicha prueba aumentó a 8 kilómetros (anteriormente eran 7'2 kilómetros) y para mí era la primera vez que la corría con este nuevo formato. No sé calcular exactamente qué número hacía personalmente esta participación mía en 2018, pero estoy convencido que van más de 10 años corriendo por estas calles, algo que hace que siempre que vuelvo me haga recordar tantos buenos momentos vividos y tantas Navidades ya pasadas.
Hice durante dos meses una preparación específica para llegar en buena forma e intentar marcar el mejor ritmo que hasta el día de hoy había logrado en esta San Silvestre. Consciente también de la dureza de la prueba, muy rompepiernas y que "estropea" mucho los ritmos medios. Me marqué como objetivo bajar de los 38' en los 8 kilómetros.
En la comida antes de viajar a Burguillos me comentó mi hermano que este año iba a acompañarme toda la carrera (él suele coincidir conmigo solo en la salida,jeje) y que me marcaría un ritmo bueno que yo pudiera seguir. Esto más que tranquilidad me dio todo lo contrario, ya lo conozco y el "ritmo bueno" suyo es ritmo "muerte" mío. Pero me veía bien con los entrenamientos y le dije que perfecto. Así pues esta también sería la primera edición de la San Silvestre que correríamos juntos de principio a fin.
Empezamos a ritmo aproximado de 4'30'', algo rápido para mí, además era consciente que justo a mitad de la carrera hay una cuesta enorme de unos 400 metros, y como llegues ahí muy fatigado el resto de la prueba se hace interminable. Al principio muchos atletas nos pasaron, quizá no conocían tan bien el recorrido, atletas que poco a poco fueron quedando atrás y que muchos pagaron el sufrimiento de la cuesta. Mi hermano iba marcando el ritmo entorno a 4'40'' e iba todo el tiempo hablándome y contándome cosas, yo sinceramente, no le respondía, bastante tenía con seguir respirando. En varios tramos del recorrido estaba toda nuestra familia animando, lo que te daba un plus de energía. De hecho la foto que viene a continuación la hicieron ellos.
Llegamos al inicio de la cuesta bastante bien, mi hermano seguía con el ritmo y yo podía mantenerlo. Sabía que tras la cuesta venía, aproximadamente, un kilómetro favorable que me serviría para recuperar e intentar recuperar el ritmo perdido en la subida. Volvimos a pasar por las calles principales del pueblo, donde el ambiente seguía siendo maravilloso y como en ediciones anteriores nos dirigíamos hacia el campo de fútbol en una recta eterna que vuelve a picar (aunque nada que ver con la subida del castillo) hacia arriba.
Una vez llegamos al campo de fútbol, traspasamos el kilómetro 6 y recuerdo que mi hermano me comentó que era muy factible que bajásemos de los 38' que nos planteamos al principio. A partir de aquí he de reconocer que me tocó sufrir para mantener los ritmos, pero apreté los dientes y pensé en que solo quedaban 2000 metros (un para de series de un entrenamiento normal).
Llegamos a la plaza donde se concentraba la mayor parte de público, pero este año, como novedad para mí y debido a que el recorrido se amplió, aún quedaba volver a la salida y recorrer una calle por la que yo nunca había pasado. Apretamos todo lo que pudimos esos últimos 300 metros y enfilamos la recta final rodeados a ambos lados por muchísimo público.
Al final una San Silvestre más, una fenomenal experiencia más, un año más disfrutando del deporte y de la familia y... "Terminando el año corriendo"...
El año pasado no participé en ella y llegaba a esta 33º edición con muchas ganas. El año pasado la distancia de dicha prueba aumentó a 8 kilómetros (anteriormente eran 7'2 kilómetros) y para mí era la primera vez que la corría con este nuevo formato. No sé calcular exactamente qué número hacía personalmente esta participación mía en 2018, pero estoy convencido que van más de 10 años corriendo por estas calles, algo que hace que siempre que vuelvo me haga recordar tantos buenos momentos vividos y tantas Navidades ya pasadas.
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Tres Opinarunners minutos antes de la prueba |
En la comida antes de viajar a Burguillos me comentó mi hermano que este año iba a acompañarme toda la carrera (él suele coincidir conmigo solo en la salida,jeje) y que me marcaría un ritmo bueno que yo pudiera seguir. Esto más que tranquilidad me dio todo lo contrario, ya lo conozco y el "ritmo bueno" suyo es ritmo "muerte" mío. Pero me veía bien con los entrenamientos y le dije que perfecto. Así pues esta también sería la primera edición de la San Silvestre que correríamos juntos de principio a fin.
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Salida |
Empezamos a ritmo aproximado de 4'30'', algo rápido para mí, además era consciente que justo a mitad de la carrera hay una cuesta enorme de unos 400 metros, y como llegues ahí muy fatigado el resto de la prueba se hace interminable. Al principio muchos atletas nos pasaron, quizá no conocían tan bien el recorrido, atletas que poco a poco fueron quedando atrás y que muchos pagaron el sufrimiento de la cuesta. Mi hermano iba marcando el ritmo entorno a 4'40'' e iba todo el tiempo hablándome y contándome cosas, yo sinceramente, no le respondía, bastante tenía con seguir respirando. En varios tramos del recorrido estaba toda nuestra familia animando, lo que te daba un plus de energía. De hecho la foto que viene a continuación la hicieron ellos.
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Justo antes de comenzar la subida |
Llegamos al inicio de la cuesta bastante bien, mi hermano seguía con el ritmo y yo podía mantenerlo. Sabía que tras la cuesta venía, aproximadamente, un kilómetro favorable que me serviría para recuperar e intentar recuperar el ritmo perdido en la subida. Volvimos a pasar por las calles principales del pueblo, donde el ambiente seguía siendo maravilloso y como en ediciones anteriores nos dirigíamos hacia el campo de fútbol en una recta eterna que vuelve a picar (aunque nada que ver con la subida del castillo) hacia arriba.
Una vez llegamos al campo de fútbol, traspasamos el kilómetro 6 y recuerdo que mi hermano me comentó que era muy factible que bajásemos de los 38' que nos planteamos al principio. A partir de aquí he de reconocer que me tocó sufrir para mantener los ritmos, pero apreté los dientes y pensé en que solo quedaban 2000 metros (un para de series de un entrenamiento normal).
Llegamos a la plaza donde se concentraba la mayor parte de público, pero este año, como novedad para mí y debido a que el recorrido se amplió, aún quedaba volver a la salida y recorrer una calle por la que yo nunca había pasado. Apretamos todo lo que pudimos esos últimos 300 metros y enfilamos la recta final rodeados a ambos lados por muchísimo público.
Al final una San Silvestre más, una fenomenal experiencia más, un año más disfrutando del deporte y de la familia y... "Terminando el año corriendo"...
Fecha: Lunes 31 de diciembre de 2018
Hora: 17:00
Distancia: 8 kilómetros
Tiempo: 36'49'' (oficial de carrera)
Media: 4'36"
Bolsa del corredor: Camiseta técnica
Clima: Sol y temperatura muy agradable
Sensación: Muy buena
Un auténtico placer la compañía y el reto superado, jeje
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