Aún así, y una vez más, la fantástica organización de la carrera agitaba su chistera y se inventaba el San Silvestre Burguillano Virtual. Y, por supuesto, no podíamos fallar ni faltar a la cita del último día del año con esta prueba.
Aunque en esta ocasión cambiábamos las calles empedradas y empinadas de Burguillos por la más placentera vuelta a la Estanca de Alcañiz. Caminos de tierra rodeados de pinos, el embalse a nuestra izquierda y un día soleado y con temperatura más que agradable. Y, por supuesto, la compañía de Javier, Juan y Berta que me acompañaban en esta carrera que me permitía unir mis dos mundos, el extremeño de nacimiento y el bajoaragonés de adopción.
Poco importaban en esta ocasión los ritmos, tiempos y clasificación. Podíamos olvidarnos del implacable reloj dejando caer sus segundos uno tras otro. Solo había que concentrarse en aguantar los 8 kilómetros propuestos para la carrera y disfrutar de correr, del magnífico día y de la compañía. María se encargó del reportaje fotográfico y de repartir ánimos para todos.
Y como fin de fiesta deportiva una buena cerveza en el camping de la Estanca (con algo para picar) y charlar sobre los futuros planes de carreras, esperando, eso si, que sean con un dorsal en el pecho, público jaleando, corredores abriéndose paso y el implacable reloj marcando que vamos más despacio de lo planeado. ¡Que así sea!
Gran crónica, sí señor, y gran jornada la que pudimos vivir gracias a Gabriel, nuestro extremeño de referencia en el Bajo Aragón, y a María, que se encargó del reportaje gráfico del equipo alcañizano. Mi más sincera felicitación a los organizadores de este cross virtual. Su iniciativa nos permitió despedir un mal año de forma saludable y reforzando los lazos extremeño-aragoneses.¡Aúpa el cross San Silvestre burguillano!
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