Después de 856 kilómetros recorridos en algo más de 70 horas de entrenamiento en 56 sesiones con frío, viento (un recuerdo especial para nuestro querido Cierzo), lluvia, calor y no sé cuantas inclemencias más, pues nuestra mente tiende siempre a disfrazar los malos momentos y por contra ensalza aquellos que disfrutamos o sentimos como especiales. Pues después de todo ello, me queda la enorme satisfacción de haberme sacado la dolorosa espinita clavada en mi orgullo de runner que representaba la Maratón de San Sebastián, que no pude completar en 2015 por una inoportuna lesión provocada por mi tozudez...(aunque para ser sincero la disfruté de otro modo animando a Javi y José Julio con la inestimable compañía de Lorena).
Lo primero que quiero destacar es la gran organización de esta maratón. En ningún momento sentí la masificación de otras carreras donde hacer cualquier gestión supone un enorme esfuerzo de tiempo y empujones. Recogí el dorsal el sábado sin problemas, visité la feria del corredor, todo muy animado pero a la vez sosegado y tranquilo.
Y llegó la mañana de la carrera. Toda la noche se la había pasado lloviendo y, a veces, diluviando. Temía comenzar la carrera ya empapado hasta los tobillos. Pero, oh divina providencia, al salir del hotel no caía ni una gota y pude plantarme en la zona de vestuarios completamente seco. Hice un poco de tiempo por la zona de salida, me cambié, dejé la mochila en el guardarropa y a calentar.
Durante el calentamiento vi la salida de la 10K, que lo hacía 15 minutos antes que la de la media y la maratón. Y ya preparado en la línea de salida esperando el pistoletazo para comenzar esta gran aventura que supone correr el Maratón.
Empieza la carrera y aunque el suelo está mojado, aún no llueve. La calle por la que se efectúa la salida no es muy amplia, así que cuesta coger la velocidad de crucero de cada uno. Me lo tomo con calma, pues llevo el globo de 3:15 a la vista y ese es mi objetivo para hoy. Después de 5 kilómetros me uno al grupo de 3:15 y comienzo a ir muy cómodo a ese ritmo. Incluso comienza a lucir un tímido sol que anima a disfrutar de lo que nos queda por delante.
Y desde aquí no hay mucho más que contar. Sigo con el globo de 3:15 a un ritmo cómodo para mi. No quiero arriesgar ya que el maratón es muy largo y en este grupo voy muy a gusto. Pasado el kilómetro 25 aprieto un poco el ritmo y me sitúo unos metros por delante del globo 3:15, pero unos kilómetros más adelante otra vez estoy con el grupo. Decido no hacer más experimentos y seguir así, pues es este el objetivo que me había marcado. En esta segunda parte de la carrera tenemos la inestimable compañía de la lluvia. No es muy intensa pero va calando poco a poco. Afortunadamente del viento ni me entero.
Continúan pasando los kilómetros hasta el 38, donde tengo ya la certeza de acabar aunque sea andando y es el momento oportuno para apretar a ver que pasa. Recorremos toda la avenida de la playa de la Concha y puedo aumentar un poco más el ritmo. La animación en las calles del centro se intensifica lo que, junto a la emoción de la inminente llegada, hace que las piernas vayan solas. Vemos el impresionante estadio de Anoeta, lo rodeamos por su fondo norte, entramos en el miniestadio de Anoeta y vuelta triunfal a la pista de atletismo para cruzar la ansiada meta en 3:13:22. ¡Objetivo cumplido!
Como detalle curioso y tal vez indicador de que me regulé correctamente a lo largo de la carrera es que las dos medias maratones las hice en un tiempo muy parecido: la 1ª en 1:36:26 y la 2ª en 1:36:56, tal y como indican los entrenadores profesionales.
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Una de las zonas más bonitas del recorrido |
Y desde aquí no hay mucho más que contar. Sigo con el globo de 3:15 a un ritmo cómodo para mi. No quiero arriesgar ya que el maratón es muy largo y en este grupo voy muy a gusto. Pasado el kilómetro 25 aprieto un poco el ritmo y me sitúo unos metros por delante del globo 3:15, pero unos kilómetros más adelante otra vez estoy con el grupo. Decido no hacer más experimentos y seguir así, pues es este el objetivo que me había marcado. En esta segunda parte de la carrera tenemos la inestimable compañía de la lluvia. No es muy intensa pero va calando poco a poco. Afortunadamente del viento ni me entero.
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Llegada a meta |
Continúan pasando los kilómetros hasta el 38, donde tengo ya la certeza de acabar aunque sea andando y es el momento oportuno para apretar a ver que pasa. Recorremos toda la avenida de la playa de la Concha y puedo aumentar un poco más el ritmo. La animación en las calles del centro se intensifica lo que, junto a la emoción de la inminente llegada, hace que las piernas vayan solas. Vemos el impresionante estadio de Anoeta, lo rodeamos por su fondo norte, entramos en el miniestadio de Anoeta y vuelta triunfal a la pista de atletismo para cruzar la ansiada meta en 3:13:22. ¡Objetivo cumplido!
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Recompensa final |
Como detalle curioso y tal vez indicador de que me regulé correctamente a lo largo de la carrera es que las dos medias maratones las hice en un tiempo muy parecido: la 1ª en 1:36:26 y la 2ª en 1:36:56, tal y como indican los entrenadores profesionales.
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Datos de mi GPS |
Fecha: Domingo 25 de noviembre de 2018
Hora: 9:00
Distancia: 42,195 kilómetros
Tiempo: 3:13:22
Media: 4'32"
Bolsa del corredor: Camiseta, mochila, diversos productos promocionales
Clima: Lluvia fina en parte del recorrido. Poco viento
Sensación: Muy buena